La ola: Un análisis breve sobre violencia en el futbol

(Advertencia contiene descripciónes de escenas y el final de la película "La Ola")



Me quedó claro el mensaje de la película: Una dictadura aún es posible, la película nombra a Alemania, pero sin ir tan lejos, basta decir "Honduras", pero este no es el tema de esta nota.





"Lo que llevas puesto también es un uniforme, permite identificarte con un grupo"

- "La Ola" 2008


"Peñarol para mi es una religión, no puedo parar"

-Uruguayo anónimo, enero 2010


"El uniforme nos hace a todos iguales, pero también disuelve nuestra individualidad"

- "La Ola" 2008

"Bolso gallina, vos corres!"

- Otro uruguayo anónimo, 2010



Uniforme o camiseta...


Todos del mismo color, todos iguales, claramente identificables. ¿Qué hace de algo un uniforme? Nos pueden identificar con un grupo, clasificarnos, nos coloca por dentro de una categoría y nos excluye por completo de otra; no hay flexibilidad, es ser o no ser, creer o reventar. El uniforme hace eso.

¿Nacional o Peñarol?, ¿River o Boca? ¿Cerro, flamenco, Racing o que?

¿Podría ponerme ambas camisetas? ¿Si juegan ambos cuadros, podría estar en ambas tribunas? ¿Podría gritar todos los goles, y decir, que es porque pertenezco a ambos cuadros, o simplemente me gusta el futbol? ¿Puedo ser de Nacional y Peñarol al mismo tiempo, y con la misma pasión?

Replicarme es fácil: Joaquín, vos no sabes nada de futbol...

Y no porque no sepa las reglas, tampoco porque no sepa de que se trata, ni tampoco porque ignore su definición. No sé de futbol, porque no logro entender parte de su lógica, en realidad lo que no sé, es ser fanático, por lo tanto la verdadera réplica es: Joaquín vos no sabes nada de ser fanático.

La camiseta es un uniforme. Las banderas, las insignias, los cánticos son la expresión de un fanatismo, y no solo la expresión de un sistema capitalista que vive de esas cosas. Aunque, actualmente (me arriesgo a decirlo) no se puede decir con exactitud que viene primero: si el fanatismo o el capitalismo. En definitiva: ¿Qué es causa de qué?

Llámelo camiseta, llámelo uniforme. Lo que importa en este caso, no es la etiqueta que le ponemos, sino que hay detrás de esas insignias, esas camisetas, y esos cánticos. Algo es claro, no hay posibilidad de amnistía, es Peñarol o es Nacional, es esto o es aquello; si canto "gallina puto", luego no puedo decir "arriba el bolso". Si me pongo un gorro que dice "Glorioso Peñarol", no puedo luego ponerme una camiseta que diga "Nacional decano".

Por lo tanto, retomo el principio, el uniforme, la camiseta, nos excluye a la vez que nos incluye. Se pertenecemos a A, pero sabiendo que, ya no es posible pertenecer a B, si te cambias, no sos más que un "pastelero" (viejo dicho).


¿Cómo hacemos para que se termine la violencia en el futbol? Es la pregunta que se hace, cada vez que matan a alguien, cada vez que se hacen paros, cada vez que destruyen 5 cuadras enteras luego de un clásico. Luego las respuestas: Más milicos, más seguridad, más palos para apagar más piñas. ¿Es posible apagar la violencia con represión? ¿Romper la camiseta con uniformados?

En otras palabras, ¿Vamos a eliminar camisetas, usando milicos también con sus camisetas? El lugar vuelve a ser excluyente, vigilante o hincha, milico o "Gente". Recordemos: "el uniforme disuelve nuestra individualidad": ya no hay personas, solo gorras palos y camisetas.


Un uniforme, un logo, un gesto que nos identifique, y una ideología....

Son algunas de las cosas, que, según la película, requiere todo régimen autárquico. Cabe mencionar que se necesita de una crisis, de una historia, disconformidad, un líder, y sobretodo de un aparato represivo que permita excluir a los indeseables y atar a los fanáticos.

¿Qué se necesita para hacer a un hincha?

Se requiere un uniforme, un logo, gestos o cánticos que indiquen pertenencia, en cierta medida una historia de la cual enorgullecerse (somos decanos del futbol uruguayo), un club que lidere, también un sistema comercial que permita excluir y separar hinchadas, que los diferencie.

Si usted quiere moldear su propio hincha, necesita además, convencerlo y darle alguna que otra alegría, sentir que pertenece a ese movimiento. Para que haga las cosas que hace en los estadios, necesita que esté desconforme, realmente molesto (ya sea con el futbol, o con su vida en general).


Sácate la camiseta titán...

No se trata de sacarse literalmente la camiseta, se trata de sacarse el balde. Sacarse el balde, es arriesgarse a dejar el rebaño, mirar ese rostro humano debajo de esa gorra que dice "Bolso gallina".

Cuando un hincha le dispara con su 38 corto a otro, por estar desconforme, no está mirando un rostro humano, lo único que ve, es ese uniforme, ese enemigo. No ve a al padre de familia, al hijo, a ese que podes ser vos, el que ya no se va a juntar ese finde a tomar esa; solo ve una camiseta. Cuando la policía sale a golpear hinchas al estadio, vemos un montón de uniformes, pegándole a otro montón de uniformes.

Ahora usted me dirá: ¡Sos un ingenuo! ¡¿Qué hacemos, dejar que nos maten!? ¡Mientras vos reflexionas desde tu lugar cómodo, la gente se sigue matando ahí fuera!

Ahora que lo leo, eso me suena muchísimo a mensaje del canal 4, y su noticiero cargado de sangre coagulada. ¡El mundo se cae a pedazos! ¡No se puede salir a la calle! ¡Mate a un chorro plante un árbol!

(Linda dicotomía: Gente vs. Chorros, más camisetas...)

No pretendo con esto dar una solución, y luego ganarme el premio Nobel de la Paz. Sacarse la camiseta es un buen paso, impedir que nos clasifiquen, que nos etiqueten; somos más que un cuadro de futbol, que un clásico. Somos más que un 4 a 2 desde atrás y porque el juez cobró todo mal. Negarse la oportunidad de sacarse la camiseta, es negarse la individualidad, de pertenecerte a vos mismo.


¿Culpables...?

El estudiante a sacado un arma, se siente acorralado, la ola se disuelve... "Esto es mi vida!!" "La ola no se puede disolver!!". Acto seguido le dispara a un compañero, finalmente se dispara un tiro en la boca...

El es quien realiza la acción, es quien tiene el arma, es quien en definitiva ataca a un compañero, y luego se quita la vida. El docente simplemente está ahí, sin poder hacer nada, viendo como todo se le va de las manos... ¿Quién en definitiva es el culpable? Perdón, para mi es claro: El docente tiene toda la culpa, culpable de un herido y un muerto; ha moldeado a su perfecto fanático suicida.

Dos adolescentes de la aguada, mueren, por un partido de basquet, los agresores han sido capturados. ¿Son los únicos culpables?

El problema no está solo en la gente, en el obrero que se gasta hasta lo último en un vinito y la entrada para el estadio, el problema está en aquellos que atrás de sus escritorios crean a sus hinchas; moldean el fanatismo. La responsabilidad es de todos/as, yo mismo me calenté cuando los obreros del transporte pararon, pero ahora que hablé con gente que me abre un poco los ojos, realmente entiendo lo feo que es estar trabajando y que te apedreen casi sin razón. Y es que eso hacen los hinchas, esa creación que generan religiones, instituciones y clubes de futbol. La sociedad entera se queja del hincha, pero los preserva con complicidad.

Moldear un nuevo simpatizante de futbol, es responsabilidad de cada Uruguayo/a, suspender los clásicos y el futbol no le sirve a los clubes, pero sería una buena manera de ir quebrando al hincha. Es cierto, a ningun club le sirve que no se juege al futbol, pero a nadie le sirve tampoco que siga muriendo gente, que te destrozen el local porque un juez cobró mal en un partido.

Ojalá la Unott, también propuesiera paros para solicitar se suspenda el futbol, porque en definitiva, el sábado el hincha que no fue en bus... fue en camión... Y el obrero a pie o en taxi a su trabajo...

Todo lo antedicho puede ser una tremenda burrada, espero como siempre la opinion de todas y todos.

El futbol no me da alegrías...
Peñarol no es una religión...
Un hincha, un chorro, un fanático muerto no vale menos que un padre de familia baleado...

¡Sacate la camiseta valor! ¡Los que mueren con la camiseta puesta, tienen por debajo su humanidad!

Joaquín Hernández

17 de mayo 2010

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